Quinto Misterio Doloroso
La crucifixión y muerte de Jesús
Texto:Mc 15:23-39
Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron.
La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: 'El rey de los judíos'. Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: '¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!'.
De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: '¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo!. Es el Mesías, el rey de Israel ¡Que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!'. También lo insultaban los que habían sido crucificados con él.
Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: 'Eloi, Eloi, lamá sabactani', que significa 'Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?'. Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: 'está llamando a Elías'.
Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dió de beber diciendo: 'vamos a ver si Elías viene a bajarlo'. Entonces Jesús dando un gran grito, expiró. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: 'Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios'.
Aspectos para meditar
- El reparto de sus vestiduras: Se cumple así lo que estaba escrito: "se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica".
- La inscripción: Que indicaba la causa de su condena: "Jesucristo, rey de los judíos"; los sumos sacerdotes quisieron cambiarla y poner: "este dice que es el rey de los judíos" pero Pilato no los dejó y les contestó: "lo escrito, escrito está".
- Las burlas de los sacerdotes y los escribas: Siempre sobre la misma cuestión: "Si eres el Mesías, baja de la cruz".
- La exclamación de Jesús: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". En apariencia, Jesús le recrimina a su Padre por no haberlo socorrido. Pero no es así, esta exclamación es parte del Salmo 22 que es un Salmo de confianza, no de desesperación. Jesús indica así, que este Salmo se cumple en su Persona.
- El velo del Templo: Que se rasga en dos, de arriba abajo. Este velo ocultaba la parte más importante del Templo, llamada el Santo de los santos.
- El aparente triunfo del mal: El Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador, aquel a quien le corresponde el trono de David, está destrozado en una cruz, luego de haber sufrido un castigo duro, violento e injusto.
- El Triunfo de Dios: Este aparente triunfo del mal es en realidad el Triunfo de Dios. La muerte de Jesús es el cumplimiento de la promesa de Salvación que Dios había hecho al hombre luego de la caída de este. Así la cruz, motivo de escándalo y vergüenza para los hombres, es el instrumento usado por Dios para nuestra salvación. Así Jesús es el Cordero de Dios que derrama su Sangre para el perdón de los pecados de todos los hombres.