Misterios Gloriosos

1- La Resurreción de Jesús

primer misterio glorioso

En el primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.

Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día'. Y las mujeres recordaron sus palabras.

Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás. Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles, pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.

Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vió más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido.




2- La Ascensión de Jesús

segundo misterio glorioso

"Los que estaban reunidos le preguntaron: 'Señor ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?

Él les respondió: 'No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra'.

Dicho esto, los apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: 'Hombres de Galilea ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir.




3- La venida del Espíritu Santo

tercer misterio glorioso

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido, semejante a una ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.

Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo.

Al oirse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: ¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua?

Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.




4- La Asunción de María al Cielo

cuarto misterio glorioso

No existe en el Nuevo Testamento alguna mención de la Asunción de María, pero para meditar podemos tomar un párrafo del Catecismo de la Iglesia Católica #966.

"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial...".

"La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos."




5- La Coronación de María como Reina de todo lo creado

quinto misterio glorioso

Para meditar podemos tomar otro párrafo del Catecismo de la Iglesia Católica #966.

"...enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y la muerte."