Misterios Luminosos

1- El Bautismo de Jesús en el Jordán

primer misterio luminoso

Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía diciéndole: 'soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡Y eres tú el que viene a mi encuentro!'.

Pero Jesús le respondió: 'Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo'. Y Juan se lo permitió. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua.

En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: 'Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección'.




2- La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná

segundo misterio luminoso

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: 'no tienen vino'.

Jesús le respondió: 'Mujer ¿qué tenemos que ver nosotros?. Mi hora no ha llegado todavía'. Pero su madre dijo a los sirvientes: 'hagan todo lo que él les diga'.

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: 'llenen de agua esas tinajas'. Y las llenaron hasta el borde.

Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: 'siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento.

Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.




3- El Anuncio del Reino invitando a la conversión

tercer misterio luminoso

Jesús recorria toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.

Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles diciendo:




4- La Transfiguración de Jesús

cuarto misterio luminoso

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.

De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: 'Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'.

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: 'Este en mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección; escúchenlo'.

Al oir esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: 'Levántense, no tengan miedo'.

Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: 'No hablen a nadie de esta visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos'.




5- Institución de la Eucaristía

quinto misterio luminoso

Llegó el día de los Ácimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: 'Vayan a prepararnos lo necesario para la comida pascual'.

Ellos le preguntaron: '¿Dónde quieres que la preparemos?'. Jesús les respondió: 'Al entrar en la ciudad encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre, y digan a su dueño: El Maestro manda preguntarte ¿dónde está la sala en que podré comer la Pascua con mis discípulos?.

Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones, preparen allí lo necesario'. Los discípulos partieron, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.

Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con sus Apóstoles y les dijo: 'He deseado ardientemente comer esta pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios'.

Y tomando una copa, dio gracias y dijo: 'Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios'.

Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: 'Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía'. Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: 'Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes'.